Nosotros con nuestros pensamientos fabricamos nuestra realidad, en cosas, sucesos, personas, estados de ánimos, etc. Todo, todito nuestro entorno es fabricado por nosotros mismos. Y no me mal entienda pensando que usted está fabricando al ser que tiene al lado y lo que él está diciendo o pensando, claro que no, el de al lado también tiene su individualidad, pero si no fuera porque usted "resuena" con lo que esta persona le va a aportar en su experiencia de vida, esta persona no estaría a su lado… Y para que me entienda resonar no sólo es coincidir con una postura, sino también estar envuelto en la misma temática, diseño, caos o el mismo "garabato" con posturas distintas…
Analice su día, y vea como en esas horas de estar despierto, cada suceso obedece a sus ideas, dese cuenta de su patrón de creación…
Si usted descubre que sus creencias o programas a fin de cuentas son los verdaderos creadores de su vida, cuidaría mejor lo que usted deja marcado por verdad para usted mismo. Con esta nueva consciencia y discernimiento, usted verá y entenderá porque la verdad lo hará libre…
El verdadero truco, secreto, o conocimiento de la frase: "La verdad te hará libre…", es que la verdad la fábricas tú… Tu verdad se convierte en tu realidad, y que te parece si te digo que te han vendido verdades de todos los colores con un fin en común.
Que pasa sí comenzamos a volvernos espectadores de verdades, es impresionante como todo los humanos crean con una verdad fabricada. Aunque no lo crean todos nosotros poco a poco nos estamos volviendo observadores, aunque no nos demos cuenta este despertar progresivo hace que muchas verdades ya no tengan soporte en nuestras mentes…
Llegará un momento que las verdades observadas por la colectividad dejarán de ser verdades, donde probablemente tener que brindarle los recursos de la población a los militares ya no tenga sentido, y el café de Starbucks nos sepa a un simple café por el precio de lo que gana un hombre por trabajar todo el día, y el por qué de Mc Donalds necesita de un payaso para vender Hamburguesas…
Las compañías que dan el servicio de vender verdades se han dado cuenta de esto, y las universidades tendrán que encontrar una nueva manera de enseñar marketing, porque poco a poco la gente luego de admirar a la mujer casi desnuda en la valla, observa que ella no le va a solucionar el problema que el artículo publicitado debe solucionar, o que comprando la gaseosa de tres litros que ponen en el centro de la mesa según el comercial no me va a resolver el hecho de que la familia anda un poco amargada. Ya las compañías no pueden llegar al subconsciente de nosotros como lo hacían antes.
Las nuevas religiones ahora venden sus verdades de manera distinta, parece un show de televisión, donde te exaltan la emoción de participar y el anfitrión al puro estilo de un mix de Sábado Gigante, Oprah, El show de Cristina juntó con el de Xuxa te crean una realidad fantástica con un nuevo ritmo para decir: Amén hermano. Mientras el antiguo cura quiere dar su sermón de culpabilidad, el nuevo pastor utiliza la comedia, la historia triste y el entretenimiento seguido de un eufórico Aleluya acompañado del piano para decirte que Dios tiene una vida y verdad diseñada para ti. No soy religioso pero hubiera sido un excelente pastor, lástima que mi observación no me deja creer que el creador máximo de todas las realidades, tiene nombre, personalidad, ego, protagonismo e historia…
Con esto quiero explicar nuestro error más tonto, y dañino para nosotros mismos. Este error es: Juzgar a los demás. Y quiero explicarles por que no nos conviene ni tantito.
Si nuestra realidad depende de nuestra verdad, que hacemos metiéndonos en las realidades y verdades de otros, haciendo resonancia con eso que precisamente no nos gusta y contaminando nuestra verdad…
Dedícate a observar y no juzgues, no te pongas en los zapatos del otro, porque esa no es tu realidad, ponte en el punto cero de espectador y ayuda si te lo piden, que es lo mejor que puedes hacer por ti y por el resto, así poco a poco la gente también lo hará…
No me mal entiendan con ser fríos de corazón, nos han vendido la verdad de ponerse en los zapatos del otro, eso solo trae un círculo vicioso de miseria. ¿Que tal sí cambiamos para mejor y compartimos nuestros zapatos?
Juzgar sólo nos mete en la realidad que nos disgusta para crear desde ahí nuestra propia realidad, y también ponerse en los zapatos del desdichado nos arrastra a la desdicha, observemos desde el punto cero y actuemos con amor.
Aprendamos cada día en autoreferencia y observación, fabriquemos nuestras propias verdades para un bien común, dejemos de enfocarnos en las dualidades de las polémicas porque estoy seguro que nadie quiere la polémica en si.
En las conversaciones y redes sociales nos pasamos fabricando desastres naturales, escenarios políticos y económicos nefastos para nuestro país y no tenemos idea que los responsables de hacer esa realidad somos todos con nuestro pensamiento colectivo. La miseria no tiene límite hasta que el miserable se cansa y se enfoca en algo positivo porque ni él se lo cree que le puede llegar más miseria.
Nuestro país cambiaría de inmediato si supiéramos que el presente y futuro del país está en nuestra mente y no en las manos de un gobernante. Estábamos pidiendo a gritos un escenario de miseria para probar que teníamos razón…
Por eso el ser humano no ha aprendido a romper los ciclos, porque se deja manejar por las verdades y sus resultados, criamos a nuestros hijos con la dura realidad de ser realistas de la realidad exterior quitándoles su única libertad y derecho de crear su propia realidad, por eso cuando al ser humano se lo cría, que es la etapa de grabar verdades en su mente, realmente se lo está creando.
Nuestra verdadera responsabilidad como padres es enseñarles a nuestros hijos que la verdad depende de ellos…
Francisco Malca